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¿Cuánto tiempo necesita un niño para comunicarse con un hablante nativo de una lengua extranjera antes de poder hablar como su lengua materna?

Hay mucha información dispersa y a veces contradictoria sobre este tema. Intentemos comprender este tema lo más profundamente posible, basándonos en investigaciones científicas, observaciones de educadores experimentados y datos estadísticos.

Empecemos por lo básico: ¿cuál es la edad óptima para que un niño aprenda un idioma en general? Según las investigaciones de los psicólogos, los niños de entre 1,5 y 3 ó 4 años desarrollan su llamada audición fonémica, es decir, la capacidad de analizar y sintetizar de forma autónoma los diferentes sonidos del habla. Los sonidos que un niño escucha a esta edad son los más fáciles de reproducir más adelante.

Es un hecho interesante que un bebé perciba y distinga todos los sonidos posibles de las lenguas del mundo durante la infancia. Sin embargo, desde una edad muy temprana el cerebro comienza a elegir las vocales y consonantes que escucha con más frecuencia. Al hacerlo, se eliminan los fonemas y las habilidades lingüísticas innecesarias. Por ejemplo, los niños pequeños de Japón pueden diferenciar fácilmente los sonidos „p“ y „l“, lo que no puede decirse de los adultos japoneses. Lo mismo ocurre con la reproducción de los sonidos del inglés para los niños de países no anglófonos.

Hasta los 6 años aproximadamente, el niño absorbe toda la información sobre la lengua como una esponja. Este proceso se produce de forma natural, sin ningún esfuerzo adicional. El cerebro de un niño procesa una gran cantidad de información y, como resultado, se crea una base sólida para el desarrollo posterior del habla.

Por esta razón, muchos comienzan las clases de ruso para niños con un hablante nativo a partir de 1,5-2 años, para que el bebé aprenda de forma natural la pronunciación y entonación correctas, los fundamentos de la lógica del lenguaje, así como el conjunto básico de palabras para la vida.

Algunos empiezan a enseñar a sus hijos sólo después de los 3 años, por temor a que el niño se confunda debido a la adquisición simultánea de dos lenguas. De hecho, esto puede ocurrir en los primeros años: el niño puede optar por decir las palabras que se le ocurren más rápidamente o que le causan menos dificultad de pronunciación. Pero sobre todo a la edad de 5-6 años, el niño empieza a percibir una clara diferencia entre las lenguas y a utilizar las palabras adecuadas en función de la situación.

La ventaja de aprender ruso para los niños a partir de los 3 años es que es en este momento cuando el niño empieza a escuchar lo más atentamente posible a los demás y a repetir literalmente todo lo que oye. Quizá al principio se limite a reproducir físicamente algunas de las palabras que escucha, pero pronto llegará a comprender su significado.

Otro estudio interesante. Si se envía a un niño a un curso de ruso para niños con un hablante nativo sólo como una lección formal y clásica, es probable que aprenda más lentamente y con menos eficacia que un niño que se exponga a un entorno lingüístico, por ejemplo, trasladándose a otro país.

La fuerte necesidad instintiva de socializar lo antes posible, de ser aceptado por la comunidad y de hacer nuevos amigos anima a los niños a hablar el idioma lo antes posible. También es muy importante el hecho de que los niños en esta situación no perciben el aprendizaje de la lengua como „aprendizaje“, y la adquieren sin esfuerzo en un entorno cotidiano de juego.

Las escuelas de idiomas modernas, como la nuestra, tienen en cuenta esta característica de la psique del niño creando un ambiente de relajación y confianza, y llenando gran parte de las clases con juegos divertidos y juegos de rol entre los alumnos y el profesor. Al mismo tiempo, la comunicación se realiza mayoritariamente en ruso, por lo que cada niño se esfuerza por aprenderlo para poder formar parte del nuevo e interesante grupo.

Este rasgo de la psique humana, condicionado por la motivación social, afecta al aprendizaje del ruso tanto en niños como en adultos. Las estadísticas de la investigación en este campo han demostrado que los adultos también aprenden idiomas extranjeros mucho más rápido si se forman amistades o relaciones más serias con hablantes nativos y/o hay una necesidad urgente del idioma debido a un traslado, cuestiones de trabajo, etc.

Ahora tratemos de entender: ¿hay una respuesta definitiva a la pregunta de cuánto tarda un niño en aprender ruso hasta alcanzar el nivel de un hablante nativo?

Para empezar, es necesario dividir los niveles de conocimiento de la lengua. ¿Nos referimos al nivel en el que una persona es capaz de hablar con seguridad, sin acento (o lo más parecido posible) sólo sobre las cosas y conceptos más básicos y comunes en la vida cotidiana? ¿O es la capacidad de hablar sobre una amplia gama de temas, utilizando construcciones gramaticales complejas, argot y modismos en su discurso?

Según los lingüistas, una persona tarda una media de 15 a 20 años en dominar su lengua materna hasta alcanzar el nivel de una persona adulta educada. Siempre y cuando se practique el idioma todos los días.

Hay que convenir en que ningún niño de 10 años puede hablar su lengua materna al nivel medio de un adulto. Pero ya a esa edad, un niño puede hablar de temas sencillos y comunes sin dificultad.

Es lógico suponer que se necesita aproximadamente el mismo tiempo para aprender una lengua extranjera. Pero hay algunos matices. Por ejemplo, si una persona ya está familiarizada con los conceptos básicos de la gramática, no necesita dedicar tiempo a aprender los mismos sustantivos, verbos, signos de puntuación, etc. Esto reduce el tiempo necesario para aprender el idioma.

Resulta que es posible aprender más rápido una segunda, tercera, etc. lengua, pero con la condición de que los niños que la aprendan estén inmersos en el entorno lingüístico durante todo el tiempo. Es decir, en su tiempo libre de las clases interactuarán con películas, libros, juegos, canciones en ruso, hablarán con otras personas, etc.

Además, las clases de ruso para niños deben tener lugar de forma regular, sistemática y sin interrupciones significativas. La repetición regular de las palabras aprendidas, la práctica de la pronunciación y la escucha son la clave para una inmersión profunda y de calidad en el idioma y el desarrollo de todas las habilidades necesarias. Si no se cumple esta condición, no hay esperanza de que un niño en edad inmadura sea capaz de hablar la lengua al nivel de un nativo.

Existe un gran desacuerdo entre los distintos expertos sobre el mejor momento para que un niño empiece a aprender ruso con un hablante nativo. Algunos creen que la mejor opción es estudiar con un hablante nativo desde el principio. Otros sugieren transferir al niño a las manos de un profesor nativo sólo después de que los profesores de español le den una base completa de comprensión de los matices de una lengua extranjera. Porque muchas sutilezas sólo pueden explicarse plenamente al niño en su lengua materna.

Así pues, cada padre debe decidir por sí mismo cómo, a qué edad y durante cuánto tiempo enseñar a su hijo una lengua extranjera. En este asunto, es importante partir de las características mentales e intelectuales de su hijo, de su carácter y temperamento, así como de los objetivos, para los que se planea iniciar el aprendizaje de idiomas.

Y es importante encontrar buenos profesionales, que sean capaces de hacer que el aprendizaje sea eficaz y entretenido para un niño de cualquier edad.
Nuestra escuela lleva más de 20 años enseñando ruso a los niños. Los modernos desarrollos metodológicos tienen en cuenta todas las peculiaridades de la psique del niño y permiten hacer de cada lección un fascinante viaje al mundo de la lengua rusa.